lunes, 20 de diciembre de 2010

LA NIÑA DE LA LUZ

Danzaba la niña
Vestida de blanco
De negros caireles
Y de dulce voz.
Llevaba en su brazo
Una bella orquídea
Exótica y suave
De lila el color

Estaba radiante               
Tierna y grácil   
Sonriente, morena
Labios carmesí.               
               
La mirada triste
De la hermosa niña
Contrastaba siempre
Con su voz de miel.
                                              
¡Qué bien que bailaba!
Rítmica y lozana
Todos la sacaban
Todos, menos él.
                                              
De cielo el perfume
Frotaba la noche
En mágico paso               
Color caramelo.              
                              
¡Cómo disfrutaban!
Con ritmo y sabor
Los chicos y chicas
De la Promoción.
                                              
Los Padres felices
Y también tutores
Miraban la fiesta
Con gran calidez.

Bailaban de todo
Donceles, doncellas
Los ritmos modernos
En la pista azul.

Parece que aquella
Muchacha de blanco
Buscaba en la noche
Del cielo estrellado
Gentil caballero
Que la invite un vals.

Sonaba la orquesta
Tal vez solitaria
Dentro del palacio
De hielo y azur.

El rostro silente
De la gentil niña
Abrió sus ojitos
Brillantes y oscuros
Y una lágrima triste
 Color cristalina
De nieve y de tul.

Blanqueaba su rostro
De pronto la niña
Tomó sus crayolas
Entre sus manitas
Y dibujó el rostro
De la Promoción.

El aire aceptaba
Los trazos certeros
Juveniles, francos
De un gran corazón.

Entonces la sala
Sintió los destellos
De muchos colores
Que van a la luz.

La pobre muchacha
Vestida de blanco
De cabellos negros
Y de dulce voz.

Se convirtió sonriente
En halo de luz.

Un rayo plateado
Envolvió a la niña
Vestida de blanco
Que miraba atenta
A su Promoción.

Los chicos que fueron
A la cena excelsa
Guardaron silencio
De la noche insomne.

El guardián que cuida
Los patios oscuros
Cuenta sorprendido
Que todas las noches
La luz marfilina
De la hermana Luna
Lanza blanquecina
Un rayo de luz
Se convierte sutil
En la tierna doncella
Que baila alrededor
El Danubio azul.

LA DESPEDIDA

Primera ventana…
Muchas veces he contemplado el mundo dentro de una ventana, la ventana de mis sentimientos. Siento que habito un bosque de fantasía donde a través de las palabras se produce la creación, la ficción y la realidad. Un viernes por la mañana, después de corregir algunas pruebas, me asomé por esta primera ventana y vi que los estudiantes se dirigían con sus profesoras y profesores al coliseo del Padre Claret. Logré caminar por el pasaje  que conducía al Centro ceremonial y ya estaban sentados los chicos y chicas de la Promoción 70. Al lado de cada uno de ellas y ellos estaban unos niños y niñas de Primer Grado. Alrededor, los alumnos y alumnas de Secundaria con sus maestros maestras. Me ubiqué en una de las gradas. Me hubiera gustado estar dentro de la cancha cerca a mis alumnos y alumnas. Era solo para los tutores y tutoras. Estaban también dos personas muy queridas: Marthita y Jorge Tovar. Ellos fueron ovacionados por todos. Las lágrimas corrían por el rostro de mi amigo. Entonces, Élber se acercó para calmarlo y terminó llorando con él. Nunca había visto que quisieran tanto a un profesor como a mi amigo. Los muchachos y muchachas  se reunieron para despedirse de sus compañeros y compañeras y para reconocer junto con la Institución a los profesores que se retiraban del colegio entre ellos Jorge Lock  y Ronel Sánchez (quienes no estuvieron presentes).
No es tan fácil estar toda una vida con los niños y adolescentes y cuando la hora del  retiro está presente, hacerse el fuerte, hacer la promesa de no sollozar, pero es en vano, inevitable. Alguien decía que los hombres lloran como las mujeres porque tienen como ellas débil el alma. Dos de mis grandes amigos se abrazaban y se despedían. Yo desde esta ventana miraba en silencio, e igual que ellos, enjugaba el llanto con mi pañuelo y veía desvanecer esta primera ventana…

Segunda ventana…
Los niños abrazaban y besaban a sus hermanos mayores : Chicos y chicas de la Promoción 70. Los demás mirábamos petrificados, en silencio. Las fotografías de la Promoción despedían los flashes. Un muchacho muy serio que estaba sentado al lado de una niñita de Primer Grado, no pudo resistir que la criatura lo abrazara como si fuera la hermanita que nunca tuvo. Ni siquiera podía proferir palabra alguna. Solo las lágrimas y una mirada de agradecimiento por ese minuto de felicidad que le daba esa hermanita menor que Dios le puso en ese instante…
Tercera ventana…
Era un día de muchas emociones. Cuando anunciaron al profesor Jorge Tovar, todos ellos se pusieron de pie. El reconocimiento fue unánime y la participación de Zúñiga y Stephanie, muy acertada cuando el diálogo entre una madre y su hijo pasa por diferentes profesiones que la madre le sugiere al hijo y éste muy sutilmente le manifiesta que las propuestas por su madre no forman parte de sus objetivos sino la de ser un maestro. Igualmente otra representación en donde se siente la presencia de Jesús a través de una persona que solicita ayuda a una mujer  y la carta que Jesús le agradece por la ayuda.
Cuarta ventana…
La parte final, muy emotiva. Desde esta cuarta ventana veía a los muchachos de básquetbol que se abrazaban con pena porque sabía que su ciclo secundario se había terminado. No sé si me equivoco, pero me pareció ver a Uribe, Juancito, Reátegui,  Rivas, Cervantes y otros en aquel grupo. Las chicas  de básquetbol con Pamela, Andrea, Nadine, Johanna y otras se buscaban para abrazarse con mayor efusión que cuando celebraban una canasta. Después de la ceremonia caminaba con el profesor Ausejo y las fotos llovían. Nuestras alumnas y alumnos querían tomarse una foto con nosotros. De igual manera, regresábamos de la cafetería con la profesora Katherine y las chicas y chicos requerían de una fotografía. ¡Vaya!...nos sentíamos artistas. Una de las alumnas, con los ojos llorosos por la despedida, me dijo con una inocencia y con buena intención: “ ¿No va a ir Usted a la fiesta?...Le contesté que no, pero dentro de mí le decía que iba a estar allí y que el primer baile iba a ser con ella, como cuando un padre baila la fiesta de sus quince años . Gracias Sandy, por regalarme esas palabras y permitirme soñar. ¿ Sabes que Julio Verne cuando era pequeño quiso viajar de Polizonte en un barco italiano?...fue encontrado y él les dijo que ”De ahora en adelante viajaré a través de mi imaginación”. Cuando se escribe todo es posible. Así que allí estuve. Baile hip hop con Melissa, una salsa con Jazmín, Rock con Antonella, un vals con Fabi, reaggeton con Nicole y una marinera con Sandra Vanessa.  Me tomé un pisco souer con Boris, conversé con Zavaleta. Canté el himno al colegio con los chicos de la escolta y disfruté del baile de todos los chicos y chicas de la Promoción 70. Me sentí contento porque ustedes estaban alegres y triste porque solo queda la clausura y la nostalgia ya me cubre como las brumas de mayo en mi corazón. Siempre tendré las ventanas,    abiertas hacia ustedes. Hace un poco de frío. Cerraré las ventanas, la noche se acerca y mañana tendré una clausura…la de ustedes.

                                                                                              Eddy Gamarra