lunes, 15 de noviembre de 2010

LA PROMOCIÓN XXXIV

Este artículo podría ser un segundo capítulo en el Día del exalumno Claretiano. Es honesto reconocer que entre mis compañeros de trabajo hay exalumnos claretianos como Jorge Gómez , Joel, Roberto, Carlos Ramírez, que los deportistas identifican como “El Charro” y que trabajaron con los maestros claretianos y otros técnicos para que las cosas salgan bien.

            Me encontré con muchos alumnos- No todos saludan-. Otros estaban contentos de reencontrarse con sus compañeros de diversas Promociones. Eran cientos de ellos y las chicas de las últimas promociones, pero ninguno como la Promoción XXXIV. Entre todas ellas-espero no confundirme de número- la más querida, la que más recordamos los viejos profesores. Ellos siempre serán el ícono de lo que significa identificación, esfuerzo, trabajo.
Conversé con algunos de ellos. De su voz salían muchos nombres, pero uno en especial : Eduardo Racca. Su fuerza interior, voluntad férrea para juntar a los chicos de la Promoción, lo hacía olvidarse de su salud. No estaba solo. Siempre un grupo de amigos, yo diría, hermanos, a su lado, evitaban que el barco naufragara. Para sus compañeros y para los profesores de antaño, un líder de la amistad y de la claretianidad. Me atrevo a lanzar el término como una abstracción real que siempre tiene presente a los claretianos de antes.

            Marcial Pérez Ponce de León, con quien conversé bastante después de los partidos, me comentaba que uno de sus compañeros que está en un lugar lejano: Estonia le avisaba que su profesor, el artista plástico Marciano Méndez Contreras cumplía 89 años. No es el único que está en el extranjero. Hay muchos. Uno de ellos, Pedro Madge, quien trabaja entre Cuba y Canadá en exportación de frutas le dijo que le iba a obsequiar unas botellitas de wisky. Así fue. Le envió cuatro botellas de Chivas Regal que los “muchachos de la Promoción degustan a las rocas y acompañados de unas delicias marinas del restaurante Zabukka. Uno de ellos decía que ahora ya no es Pedro sino Meter Madge.

            Marcial es una persona muy preocupada por la Educación Peruana. Gran parte de nuestra conversación apuntó a ese rubro y al ISO 9001. Ha prometido enviarme material. Estuvo presente con nosotros, a pesar que no bebía, contaba anécdotas y recordaba a sus maestros como lo hacían sus compañeros de Promoción.

            Otro de los muchachos de la Promoción es Oblitas. Siempre lo he llamado así. Es un empresario que empezó desde abajo y continúa en el campo de la industria textil. Es todo un señor, sentimental y hace muchos años, excelente futbolista. Todavía recuerdo su viaje en barco en el mundo marino donde él estuvo alguna vez. El profesor Tovar, que no pudo estar presente por razones de salud, siempre recuerda a nuestro alumno Oblitas por su don de gentes, cariño a sus maestros y amigos de la Promoción.

            Miguel Martínez González-Caballero, marino de ayer, hoy y siempre era otro de los integrantes quien con Tano, Arturo y otros amigos de la Marina, claretianos todos, dejaron en la Institución un sello inconfundible de capacidad, estudio, responsabilidad y don de gentes. Siempre me acuerdo cuando trajo una grabación del gran músico griego Mikis Theodorakis, quien había llegado al Perú


            Cada uno de ellos trae a la memoria a muchos de sus compañeros, unos vivos, otros, fallecidos, o en el Perú o en otros países. Nunca renegaron de su colegio y de sus compañeros. Siempre tenían a sus profesores en el recuerdo. Fueron épocas de mucha exigencia y de identificación. La mayoría de ellos son ingenieros, empresarios, médicos. Estos muchachos de ayer son en su mayoría padres, abuelos. Los cabellos rubios, castaños o negros de antaño despliegan grises hogaño y que el tiempo no pasó por gusto. Allí estaba Armando Ramírez Ponce con su chispa de siempre. Winston Herrera y sus buenos recuerdos de las 1500 botellas o más, la fotografía y el baloncesto. También nos acompañaba Jorge Dejo quien disfrutaba de las ocurrencias de Armando, éste,  nos invitaba a Chiclayo que es su centro de operaciones. Otro de los integrantes era David Medrano, que según sus compañeros, reapareció después de tiempo y lo invitaban para que perteneciera a su grupo Yahoo mientras Chano Buendía reía a diestra y siniestra y que cuando Benjamín y yo nos retiramos de la mesa, él se levantó emocionado junto a sus compañeros y cantaban el himno del colegio como lo hicieron tantas veces en su Alma Máter y lo seguirán haciendo a través del tiempo porque ellos saben claramente que SER CLARETIANO ES SER CADA DÍA MEJOR. A través de ellos saludamos a los integrantes de esta maravillosa Promoción que siempre nos hace recordar que el colegio es grande porque ellos son grandes también.

DÍA DEL EXALUMNO CLARETIANO

El Día 13 de noviembre no fue un día de mala suerte como suelen calificarle la gente supersticiosa. Era un día sábado donde los  exalumnos claretianos de Lima iban a celebrar un momento muy especial. A decir verdad, tendría que referirme también a las exalumnas, porque ya tenemos promociones mixtas. Allí estaban las chicas y uno de los exalumnos de antaño (Chano) reclamaba por qué no había sido mixto el colegio cuando ellos estudiaron.
Me encontré con muchos alumnos de diferentes promociones y los voy a nombrar a medida que se acercaban a saludar a sus maestros de antaño. Uno de ellos era Ramírez Chilet de la Promoción XL. Él venía de Estados Unidos y en la tienda Metro se enteró del día del exalumno. Buscaba desesperadamente a sus compañeros de la Promoción. Era cumpleaños de su madre y no sabía qué hacer. Otro de los alumnos que se acercó a saludar fue Huaco de la Promoción 93. Igualmente sus compañeros de la Promoción Mihal Martínez, Alejandro Ríos, César Infantas y  Mirko Flores, quien se acordaba de mí por el personaje del Mío Cid.
Entre los “muchachos” de la Promoción XLII, estaba Vildoso, quien cariñosamente se acercó a saludar a sus profesores. También Jorge León, quien además de ser ingeniero de Sistemas tiene una cebichería y nos ha invitado a visitar su negocio.
Entre los alumnos  de la Promoción LI estaba Chapeyquen-quien sufrió un terrible golpe en el brazo que preocupó a sus compañeros. Asimismo estaba el exalumno Fabián. Después se acercó a nosotros un joven con rostro de cura. Era Salgado de la Promoción XXXVII. Estaba emocionado de encontrar a sus profesores. Igualmente, vi a Bruno Forttini. Nos saludamos  y me señaló a Sarco, Morelli y otros que habían venido a participar.
Me alegró encontrar al exalumno Mario Carbajal en cuyo auto dejé un reloj que me obsequió mi esposa y que él lo tiene. Me dio su número de teléfono para que me dé la dirección de su casa y yo vaya a recogerlo. Sucede que perdí el número y como él es una persona muy ocupada, no pudo llevarlo al colegio. Esta vez me comunicaré con él para recuperar mi reloj. Si no me equivoco, Carbajal pertenece al la Promoción LXXX.
Una parte muy emocionante fue cuando de un equipo de camiseta  anaranjada integrada  en su mayoría por personas de edad avanzada, salió de la cancha, un señor de poco cabello y barbado, quien al verme  muy emocionado me saludó. Mi gran amigo Charlie García Festini. Siempre mantiene su espíritu juvenil. Es muy respetuoso y cariñoso con sus maestros. Había otros que tal vez por la edad ya no reconocían a sus profesores. Un poco de memorex…
Eran tantos los exalumnos que solo les escribo de aquellos que estaban por los campos 4 y 5. Para serles franco, allí estaban los mejores. Aquellos con quienes nos identificamos y también estaban los alumnos y alumnas de las últimas promociones. Muy fríos, indiferentes. Tienen que aprender de las promociones pasadas quienes aman a su colegio, a sus profesores y están muy agradecidos. Si escribo sobre agradecimiento, debo felicitar al profesor Carlos Ramírez, al profesor Corre, al profesor Roberto Puente, Joel Pérez. Un saludo cariñoso  a nuestro amigo, el profesor Táber  y a los integrantes del mundo jurásico claretiano como Élber, Benjamín, “Jaimito”. No he visto a los demás. Para ellos también mi saludo. Aquella mañana, el sol nos castigaba. No pude conseguir un gorro de mi talla. Además, me moría de sed y tenía ganas de comerme un pollito al carbón. Sin embargo, esto tiene solución : mis amigos de la Promoción XXXIII…

PREMIACIÓN DE LOS JUEGOS FLORALES CLARETIANOS

Día viernes a partir de las seis de la tarde, es un correr de autos en una carrera sin fin. Muchos se imaginan que están en fórmula uno; otros como yo quieren llegar a tiempo a su destino y vivos. Sí estoy por la avenida La Marina en un taxi que trata de cruzar este tramo para que pueda llegar a tiempo a la clausura de los Juegos Florales Claretianos. Menos mal que llego antes de tiempo al colegio. Ingreso  y me dirijo al tercer piso donde está el auditorio. Encuentro al Sr. Masaki que ultima las conexiones para la gran realización. Cuando él se retira, observo que los micros están operativos y lo más importante. No está nadie, así que me “lanzo” a cantar la canción preferida que mi amigo Sancy  lo hace  siempre: Ne me quite pas. Me emociono. Imagino que estoy en el Olimpia de Paris como Charles Aznavour, o tal vez Jacques Brel, en fin. Sin embargo, la realidad se impone. Ingresa el “honorable Señor” y hay bastante trabajo que hacer. Llega Renée, Wilson y Leidy. Ordenamos los premios, la lap top. Llega Sofía. Los padres y los alumnos ingresan con el programa que les entrega Leidy. Preparamos todo y con la presencia del Padre Ronel  y los directivos de la COPAFA , Sofía y Renée inician el programa. Participan la niña Sadit López a  través de un Cuento azul en el teclado. Yoshua recita maravillosamente y recién está en Primer año de Secundaria. Los premios se entregan a través del Padre Directos y el Presidente de la COPAFA. En un momento de la entrega de premios, el Padre Director se dirige a los estudiantes de la Promoción y les habla. Había pocos entre los premiados. Las palabras del Padre Ronel son emotivas. Los chicos y chicas guardan silencio. Ellos y ellas saben que les queda pocos días en su colegio y tienen que vivirlo intensamente entre el estudio y la amistad, el orden y la responsabilidad.
Otro momento emotivo fue la entrega de un presente para nuestro coordinador Emilio Acuña por sus VEINTICINCO AÑOS. Allí estaba El “Chinito” agradeciendo a sus compañeros de Comunicación por El sueño del celta, del escritor Premio Nobel de Literatura 2010.
Al terminar la entrega de premios, escuchamos las palabras del Padre Director y se culminó con el agasajo ; Vino para los Padres de familia, gaseosa para los alumnos y alumnas; bocadillos para todos y unas fotos del recuerdo donde estamos con otros profesores entre ellos el entrañable Julio Enrique Vásquez de la Paz, maestro claretiano.