viernes, 4 de marzo de 2011

PARECE QUE FUE AYER…

Era el primer día de clase y el sol que nos juega,  a veces,  malas pasadas lanzaba sus rayos ultravioletas contra nosotros. El día sofocante. Menos mal que vine con camisa blanca, corta y sin corbata. La temperatura alta contrastaba con los niños que jugaban en el recreo, mientras una niña, con los ojos llorosos buscaba a su mamá.  Siempre la mirada dulce y la voz tierna de una joven profesora tranquilizaba a la pequeña quien cogía de la mano a la maestra.
Cuántos de nosotros tuvimos aquella primera vez, acompañados de mamá o papá. Mirábamos en llanto un patio y los chicos de secundaria que entraban muy seguros de sí mismos. Nunca nos habíamos alejado de nuestros padres y parecía como si fuera la última vez que los veríamos. ¡Dios mío!...¿Así es la escuela?
La atención solícita de las profesoras y profesores, curaba este estigma que no se podía resolver aún en la mente de los niños que venían por primera vez. Cuando es la primera vez, no quieren entrar al colegio, sin embargo, cuando es la última vez, ya no te quieres ir.
A mí me ocurrió cuando dejé el colegio de mis amores en la ciudad de Trujillo. El primer día de clase del año siguiente fui a mi colegio para constatar si era un sueño que ya había terminado mi secundaria o todavía estaba en él. Las clases de la Universidad no empezaban aún y yo frente a mi Alma Máter donde trataba de ubicar algún conocido.
Comprenderás, querido
 lector, cuando el primer día de clase de este año 2011, veía a las tres de la tarde un grupo de chicas que venían corriendo a saludar a sus profesores. No tenían uniforme. Estaban vestidas como señoritas, pero sus rostros eran de aquellas colegialas que no querían aceptar la triste realidad. La secundaria pasó y allí estaban con su profesor tratando de cambiar la realidad por la ficción. A veces no sé si es un sueño pero la tristeza de Nicole Nalvarte, Noelia , Patricia Ventura y Antonella y las otras chicas formaron un retrato de familia que está grabado en mi mente. Yo tampoco quise aceptar esa dura realidad donde la alegría y las tribulaciones de los bellos días que pasamos en el colegio está presente o no.

La felicidad está formada de esos pequeños momentos que vivimos con intensidad y que no se van porque forman parte de nuestra existencia. En el rincón de nuestros recuerdos, están en la espera de un día mejor. Todas estas chicas, estudiosas como sus compañeras y como Gabriel, representan a la Promoción setenta. A través de Gabriel y de ellas recordaré a los demás. Sé que hay mucho que hablar sobre Grecia y el Mar Egeo. Gabriel estuvo por aquel mágico lugar y uniremos lo que leí y él conoció. Así entre mi ficción y la realidad de  Gabriel llevaremos de paseo a Nicole, Antonella, Patricia, Noelia, Fabiola, Melissa, Valeria Luciana que no la he visto desde que se enfermó ,  y Aparcana,  a través de  las islas griegas y el mundo de la mitología que tanto nos gusta y nos permite recordar como dice aquella canción de mi juventud : Those were the days.

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