jueves, 23 de junio de 2011

La santa mesa

Esta vez llegamos temprano al restaurante y nos dimos con la grata o ingrata sorpresa que allí estaban las mesas, pero no había sillas. Con el espíritu oriental de obedecer y obedecer, un grupo de los nuestros decidimos sentarnos en el suelo como el último samurái. Cuando tratamos de hacerlo, un coro de palomitas nos miraron y en silencio dijeron que no “Tus ojos de lirio, dijeron que sí…tus labios de rosa , dijeron que no” …Además ellas tenían que comer al estilo de Zavala porque tenían entrevista y primero es el deber y después, el placer.
Después de un pisco sour reparador, aparecieron las sillas y una muchacha bonita que nos iba a atender a cuerpo de rey. ¿En qué mesa nos sentamos?, dijo una linda profesorita. “Aquí, aquí”, respondió Pelusa. Las chicas del Cam, tenían cierto temor por el cambio inoportuno de mesa. Al fin y al cabo se sentaron como siempre: Inicial, por aquí, Educación Física, por allá, Directivos, por acullá; Inglés de Primaria con Primaria y las Marimbas de la fe y demás grupos más homogéneos. Los Dinos, separados como la mayoría de los grupos. “Unos divididos, y otros partidos, me dijo un amigo . Ojalá que haya algo que nos una. Puede ser la comida, el aumento de sueldo, la tolerancia, la cultura, los libros, la música. No sé, en verdad, algo habrá o alguien, tal vez. Lo que sí tengo que felicitar es que a pesar de todo, Inicial es el grupo más compacto y unido en sus intervenciones…Aunque Ud. No lo crea, me susurra una walquiria. Tenemos que aprender de ellas…Cuál es la formula.
A pesar de que no había grupo musical, las profesoras y profesores bailaron, otros comieron y otros bebieron. Los de siempre defendieron con brío el lema medieval que dice “Comida acabada, amistad deshecha”. Terminaron y se fueron. Los demás recibimos regalos de nuestras mamacitas y prometimos bañarnos más a menudo.
Entre las chicas que entregaban los regalos estaba la “pequeña” Kely” que realzó con su presencia la reunión en La santa mesa. Abantito estuvo a punto de sacarla a bailar. Pero el hecho no se concretó porque se acercó Motta e inició su elogio baquijanesco a todos los presentes. Los papás nos iluminamos de inmensidad, al buen estilo de Giuseppe Ungaretti.
En la entrega de regalos, las palabras de una de nuestras anfitrionas fueron tan dulces y gratas que algunos de los invitados no salieron a recibir sus regalos porque estaban muy emocionados hasta las lágrimas por sus palabras. Este hecho nos hizo recordar otra celebración de antaño donde un coro de ángeles femeninos nos cantaron con mucho amor:  “Así son los hombres…son………”
Las profesoras que más bailaron fueron Sandra, Meche, Kelly, Jurisam, Rocío, Teresa, Mary y otras. Los profesores más bailarines, Bejarano, Pablito, Héctor, Percy y otros.
Gracias por este momento grato, chicas. La alegría fue desbordante y la comida pantagruélica.

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