lunes, 4 de julio de 2011

CARTA A LEO

¡Hola!
Te escribo esta líneas, no sé si alegre o triste, pero eso sí muy emocionado por las  352 páginas de este hermoso libro que nos ha brindado Lluis Prats, el autor.
A través de ti he conocido a Rita, Abram , Oxford, tus amigos quienes estuvieron en las buenas y en las malas, como deben ser los auténticos amigos.
Cuando avanzaba las páginas del  mismo libro que tú leías. Me acordaba de unos chicos de mi colegio, quienes reniegan también cuando les dejan tareas que hay que presentar en el plazo señalado. Que llevan al  final de los exámenes algunos cursos desaprobados y que no saben como decirle a sus padres que en el siguiente bimestre van a mejorar que a pesar que no les gusta leer, todo es posible. A ti te pasó. Yo sé que ellos también le van a encontrar a la lectura una razón poderosa para decir que la literatura es maravillosa….¿ Sabes Leo? , mis muchachos son buenas personas y que siempre están sonrientes porque saben que ellos pueden superar estas dificultades. Seguro que sí. Si yo fuera el autor, es más que seguro que los hubiera escogido a ellos, porque son como tú, caen bien, son inteligentes,  serviciales , querendones, les gusta la música.  Komir es uno de ellos. No defraudaría al señor Prats. Es muy probable que presente el trabajo de calentamiento global o  la película sobre Ruanda, además de estar tarareando a su grupo preferido.
Cuánto te agradezco que hayas intervenido a tiempo con enviar a Oxford en el momento preciso para auxiliar a Folch. En mi mundo hay chicas como Ana Ros. Cursan el Segundo Año de Secundaria. Son maduras para su tierna edad y se llaman María de Fátima, Diana Luane, Zuleidy.  Cualquiera de ellas como Oxford, hubieran ayudado al gran amigo del Dr. Romaní.
En cuanto a Rita, la muchachita de cabellos rubios, estudiosa, decidida, que aunque tímida, daría ideas importantes, en mi país tenemos a Alexandra o Melissa, quienes tienen los méritos suficientes como los puede tener Alexandra García,  Lubitza, o Priscila, la investigadora y crítica de los reglamentos.  ¿No es maravilloso tener a falta de una, varias representantes?  Tú dirás que yo estoy loco y que quiero imponerte estos personajes. No es así, Leo. Tu nombre y el de tus amigos ya están en un pedestal. Los míos, son personajes reales que te han leído y que permiten que tú y los demás personajes de El libro azul continúen en sus corazones. Recuerda, que gracias a ellas, tú sigues existiendo Déjame soñar a mis alumnos y alumnas dándole las cualidades de tus buenos amigos y personajes del libro. Por lo tanto, citaremos a Abram y sus clones como García Vargas, personaje meteórico; Fernando, el admirador de Ignacio Sánchez Mejías (A las cinco de la tarde), Duilio y Ramírez, enigmáticos y nobles; Acosta, nervioso y servicial, por lo menos a través de sus palabras. Cualquiera de ellos y muchos más se hubieran decidido a ir en busca del tesoro de Alejandro Magno, enfrentarse a Capdellamps y sus matones y atreverse a subir a un globo aerostático con todos los riesgos que ocasiona.
Te felicito una vez más por decir que los amigos, igual que los libros como señalaba Folch , son el mejor tesoro.
Así como tú tienes buenos amigos, yo también los tengo. Algunos de los mejores son Jorge Tovar  que recién vino del país de los tulipanes y a quien le fallé al no escribirle  o contestarle su correo, porque soy desordenado, pero lo quiero como a un hermano. Arnaldo Fernández, de quien aprendí a amar  los libros desde que vivíamos en Trujillo. Elber Mejía, servicial, de buen carácter, histriónico y audaz. Benjamín Rebolledo, amante de la música francesa, las matemáticas y El Comercio. Culto, elegante. A pesar de que somos muy diferentes, siempre hay algo que nos mantiene unidos. Tengo más amigos y me enorgullezco de ellos. Cité a los cuatro para darle a cada uno de ellos un personaje  .Jorge podría ser Folch, porque le gusta viajar, investigar, correr riesgos y descubrir la verdadera amistad. Arnaldo, sería el Dr. Romaní, porque le gusta leer historia, literatura. Le  fascina el cine y la investigación. Siempre colabora con la cultura. Élber sería Gisclareny y Benjamín el amigo Nicolau Mastegot.  Si de alumnos se trata,Marco, el alumno que lleva el apellido del autor de El Quijote, sería un excelente Boghaz, el chiquillo que los ayuda en la búsqueda del tesoro y comparte aventuras con los demás.
Estimado Leo. Hay muchos más de mis estudiantes que quieren conocerte, pero parece que el dichoso stock se ha acabado y ellos y ellas necesitan de ti y tus amigos. Ahora no sé si tú eres la realidad y nosotros, la ficción. De esa manera nos ayudará. Conversas con el profesor Romaní, Gisclareny u Oxford para que nos ayuden a buscar el libro azul que en Crisol ya no está.
No estamos buscando la felicidad como los personajes de El pájaro azul, de Maurice Maeterlinck . Solo queremos que llegue a nosotros a través de las librerías y así poder disfrutar de horas maravillosas, de tensión, interés y búsqueda. En estos momentos el tesoro que estamos buscando es EL LIBRO AZUL. Ayúdanos a encontrarlo para el bien de mis chicos y chicas que no lo encuentran. A nuestros lectores les decimos si han visto EL LIBRO AZUL, por favor, avísenos.
                                                                       Hasta pronto
                                                          Tus amigos de hoy y siempre

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