lunes, 11 de noviembre de 2013

A LA HORA DEL CAFÉ

Siempre hay un momento para un buen café. Si lo quieres disfrutar, pues visita el quiosco de Don Miguel, frente a la cancha de fútbol donde puedes disputar con las palomas que pululan por aquel lugar, un espacio para escuchar a Miguel Plácido.
Miguel es exalumno,  jugó en una de las mejores selecciones de fútbol que tuvo el colegio. Hoy es padre de familia, orgulloso como muchos papás,  de ver a su hijo en los últimos meses de su Promoción y de haber ingresado a la Universidad. Además administra el quiosco donde el café es muy agradable, además de las empanadas y los poderosos sánguches que allí preparan.
El cafecito no siempre se toma en silencio sino que es un momento propicio para escuchar a un exalumno que quiere mucho a su colegio y que habla con orgullo de los claretianos de su época. Claro, a través del fútbol. Miguel  emplea a su estilo aquella frase de “Todos los caminos conducen a Roma”. Para él, todos los caminos conducen al fútbol, y si es de claretianos, mejor.
El deporte y el arte se juntan en la conversación para citar algunos nombres como el popular J.B. o Jorge Benavides  que era invitado por los profesores en el recreo para hacer imitaciones de los profesores. Tuve la suerte de ser jurado con el profesor Alva (Alvita) del concurso musical que realizara el profesor Haro y que ganara JB.
Además de “Chalaca” Gonzales, descubierto por el profesor Merino, hubo buenos jugadores como Bustamante, que desde pequeño, a la hora del recreo, salía con una pelota de trapo para jugarse un partidito con sus compañeritos y luego llegar con todo el cuerpo lleno de sudor a sus clases.
¡Cómo no recordar al chinito  Paul Phumpiú!...nadador. Era un muchacho muy serio, estudioso, economista y hoy con un cargo importante en el país. De igual manera, podemos recordar a los profesores que jugaban fútbol como el Profesor Sánchez Retis (Chicho), que era el puntero derecho, veloz y que me ponía el balón para meter el gol en el arco contrario. Igual podemos decir del profesor Benjamín Rebolledo (Sancy), defensa neto; el profesor Táber, fanático del balompié; el “Loco Vargas”, pura emoción y cuando no le daban pase para el gol, se llevaba su pelota. También tenemos que citar a Julián, el eterno goleador de Huaral y que hasta ahora sigue jugando, pese a los inconvenientes de la edad y el peso.  Un lugar especial ocupaba el Padre Pablo, que hasta ahora no ha podido ser superado en el manejo de la pelota. Era veloz, dribleaba bien, fuerte y un maestro en el mundo del fútbol.
Esto y mucho más se escucha de labios de Don Miguel Plácido a la hora del cafecito y las empanadas. Los sábados suelen llegar algunos exalumnos “peloteros” y hoy Padres de Familia para recordar con Miguel Plácido aquellos maravillosos días que pasaron en el colegio y los partidos de fútbol donde los muchachos de ayer demostraban el cariño que le tenían a su colegio.
Todos los minutos acumulados durante varios días en el quiosco de Don Miguel, me animaron a escribir estas palabras sobre un hombre que a través del mundo futbolístico recuerda como la canción AQUELLOS FUERON LOS DÍAS (Those were the days).

                                                                                                              Don Lucas

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