Había llegado unos minutos antes al colegio, así que me fui a la panadería del Señor Chuquiure y me serví una empanada de pollo y una inca cola .Alguien me dijo “ con el estómago no se juega” y regresé satisfecho. No veía a los profesores, tampoco a las profesoras. Los carros estaban en el segundo patio y parece que la mayoría se había embarcado. Rogaba estar en el ómnibus donde no hubiera tanta bulla para poder leer La reina del sur, de Pérez Reverte. Ya había leído algunos libros de este autor español, en especial cuando escribe sobre piratas. Me gustan los libros sobre piratas. Ya se imaginan, me fascinan las obras de Emilio Salgari, Stevenson , Conrad y el creador del Capitán Alatrista. Sé que a Emilio, le agrada también la literatura de Pérez Reverte. No sé si habrá otra persona- Espero que sí.
Lo cierto es que estaba en un carro donde la cúpula (es como el pueblo los llama) conversaba con tranquilidad y parsimonia. Las otras personas amaban el silencio y se podía leer. No me dí cuenta y ya estábamos en La Costa Verde. Mi mente estaba por Melilla, Algeciras, la Costa Marrueca y Marbella. Escuchaba a unos hombres que decían; Salema Aleikhun… Aleikhun Salema. Y los marineros españoles, moros y gallegos se disputaban con los italianos y rusos la paternidad de las playas de Santa María del Mar y el Norte de África.
No había la música de Angelito ni las voces de los artistas claretianos, pero cuando llegamos, nos cambiamos para estar cómodos. Las ropas de baño, shorts, toallas y unas toallas que cubrían el cuerpo de nuestras beldades como si estuviéramos en Afganistan. Solo se les veía los ojos y las uñas pintadas de los pies. Es el pudor nos dijo Lucho Valdiviezo, capellán de la”mafia”. “Pechito” Diestra, capellán anterior, le dejó antes de morir, el cargo.
Los juegos estuvieron muy bien, mejor que los anteriores que parecían hechos para los jóvenes guerreros. Estos juegos permitieron que se divirtieran todos. La alegría estaba a la orden del día, las bailarinas destacaban en los juegos, entre ellas estaban Jurisam, Mechita, Carol, Janet (de Las marimbas de la fe), Las dos Aídas de Inicial, Mota y otras más. La isla del tesoro con sus buscadores como Edmundo Dantés, John Silver y el capitán Flint se dirigieron a la isla de If y le preguntaron al abate Faria que les ayude con el plano del tesoro. Una vez que lo encontraron, le entregaron a magníficos nadadores entre ellos y ellas Ricardo, Gisella, Marisol, y otros que le dieron a los brujos y brujas de la palabra para desentrañar el mensaje. La lucha fue reñida y dirigida por el Corsario Negro, Barbarroja y piratas de los colores Verde, blanco, anaranjado, amarillo, rojo y azul. Nando, que no entraba a una piscina hace varias décadas se olvidó de cómo sed nadaba y casi pierde la confianza en la piscina.
Entre los participantes más entusiastas estaban Motta, por el equipo blanco; Tula, por el equipo verde; Luz Marina, el Chinito Pablo, Leidy, Nancy , de Administración, Anna Mauricci, por cualquier color. Tenemos que ser honestos y felicitar al equipo organizador como Roberto Puente, Tanya, César Bejarano, Verónica, y si me olvido de alguien, que me disculpe.
La piscina fue lo máximo. Allí estaban los grandes nadadores, los patitos, los perritos y los que no sabían nadar. Entre los que más gozaron de la piscina estaban Náquira, Eddy, Emilio, Gladys, Gisella, Marisol, Yovana (de Inglés), Nando, Navarrito y su cuerpo escultural, Ýlder y las afganas que no permitían mostrar su cuerpo porque su religión y pudor se los prohibía, así que se fueron a un extremo. Aunque alguien nos dijo que no sabían nadar…¡Ave María purísima!...
Después de la piscina y la amena conversación que sostuvieron Juan, Lucho Arévalo, Luis Valdiviezo, César Náquira, Emilio Acuña, Eddy Gamarra y otros, vino el almuerzo apetitoso, la entrega de premios, el vino, la cerveza y el baile…¡Ah! Y los helados, aunque llegué tarde a la repartición. Todo estuvo agradable, riquísimo y de lo mejor. Tuvimos la hora loca y salieron los mejores bailarines para demostrar sus encantos y capacidad histriónica. Entre los hombres destacaron Percy y Pablo (El chinito); entre las mujeres me gustó bastante cuando Gladys, Pilar, de Psicología y Anna Mauricci, bailaron marinera, como se baila en Trujillo. Fue emocionante, sobre todo para mí que viví trece años en Trujillo. Entre las chicas, allí estaban Teresita, Carol, Gianinna, Janet, Carole, Luz Marina y la hermana colombiana que se bailaron una cumbia al mejor estilo de Cali. Entre las campeonas destacó Mechita, Yovana Lázaro, Elizabeth Sánes y las chicas de Inicial.
Una vez más, nuestro agradecimiento a La Dirección del Colegio que hizo posible este Paseo de INTEGRACIÓN y al equipo organizador.
Hasta pronto
Don Lucas