Noelia…Han pasado ya 11 años desde que pisamos por primera vez el colegio. Con lágrimas en los ojos, no queríamos soltar las manos de nuestros padres, mientras nuestras queridas profesoras de Primaria nos esperaban con una gran sonrisa en las puertas de las aulas. Hoy,…también tenemos lágrimas en nuestros ojos. Lástima, que sean de despedida, y es que estamos avanzando y una parte tan importante de nuestra vida escolar se va quedando atrás.
Antonella…Dentro de estas paredes hemos compartido muchas experiencias: Hemos reído, llorado, caído, levantado. Hemos gritado de emoción; saltado de alegría, pero ahora, esta etapa está por llegar a su fin. Año tras año, las aulas cambiaban, nuestros patios de recreo, también. Nuevos compañeros se integraban y la Promoción se iba conociendo más.
Jazmín…A lo largo de nuestro recorrido por el colegio, conocimos personas valiosas que nos enseñaron mucho más que solo nociones académicas: nuestros profesores, quienes llegaban muy temprano y llenos de energía, dispuestos a enseñarnos y algunas veces, soportar nuestras majaderías, pero que al final de cada clase dejaban alguna enseñanza en nuestros corazones.
Edgar…Si pudiéramos nombrar cada una de las cosas que extrañaremos, esta composición no tendría un final, sin embargo, quisimos mencionar unas cuantas. En el caso de las chicas, nunca olvidarán el uso del collette y accesorios blancos en el cabello. En el caso de los chicos, no olvidarán los parches que sus minuciosas madres cosían en sus pantalones de buzo luego de un partido de fulbito. ¿ Recuerdan aquel salón de clases que estaba al final del pasillo?...sí, el aula de juegos que estaba decorado por nuestras profesoras Sonia, Pilar, Tula y Elizabeth, al que acudíamos una vez por semana ansiosos por apreciar al disecado gallito de las rocas o disfrutar de una entretenida tarde de marionetas.
Noelia… Cómo olvidar las interminables filas que hacíamos para comprar nuestro lápiz mongol y nuestro tajador con tachito en aquella librería o cuando íbamos con nuestra propina a la cafetería para comprar nuestro riquísimo kusi kusi. No podemos dejar de mencionar al descuidado compañerito que derramaba su delicioso jugo de papaya en la lonchera. Recordábamos claramente cómo jugábamos al mundo, a “las chapadas” y las escondidas, o las veces en que nos trepábamos de los arcos de fútbol con el eterno regaño de nuestros profesores.
Antonella…Qué gran diferencia podemos notar cuando entonábamos nuestro Himno Nacional. Antes, lo hacíamos “a todo pulmón” y estamos seguros que en estas dos últimas semanas cantaremos al igual que aquellos días.
Nunca olvidaremos nuestras caritas de asombro cuando a alguien se le salía el diente o cuando le sangraba la nariz. Ni las veces en que salíamos a las seis de la tarde y muchos de nosotros íbamos en nuestras movilidades y observábamos la puesta del sol.
Jazmín…La Secundaria, cambios que nos llenaron de miedo, pero que juntos supimos sobrellevar. Llegaron nuevos compañeros y compañeras. Igual de asustados que nosotros. Ellos se sumaron a lo que en un futuro no muy lejano sería nuestra Promoción.
Frases como ”Saber escuchar”…”Pero qué chiquito”…¡Hey, hey Camagüey…”No vayan a romper nada del laboratorio”…”Trabajo autodidacta”…quedarán grabadas en nuestra memoria así como las famosas historias del romance entre Panchito y Pelusa en la clase de Inglés….El famoso dictado de nuestro profesor Eddy con palabras tan complicadas como zúrzasele, verbigracia, sanseacabó, ajilimójili, entre otras o las ocurrencias del profesor Ýlder y los despertadores del profesor Tovar o como muchos de nosotros decimos con cariño: Tovi
La lista de recuerdos es infinita y nos faltan muchas vivencias y profesores por mencionar. Sin embargo, ellos saben el inmenso cariño que les tenemos y lo felices que estaremos cuando los visitemos el próximo año, como exalumnos.
Edgar…El colegio seguirá su rumbo mientras que nosotros empezaremos una nueva etapa en nuestras vidas. Nos daremos cuenta de lo difícil que es la vida fuera de estas paredes, y…es que a veces nos da miedo madurar, pero nunca podremos olvidar que somos parte de una gran familia…de esa familia que algún día se llamó Promoción 70 y que no solo la formamos los alumnos y alumnas sino también los profesores y profesoras que nos acompañaron en nuestro camino y que siempre nos hacían recordar nuestro lema : “Ser claretiano es ser cada día mejor”.