La imagen que nos envía Pepe Novoa
sobre el Papa Francisco quien está sentado al final, mientras otras personas
muy humildes, están en las primeras filas, es muy valiosa. La humildad está
presente en nuestro Sumo Pontífice quien está tratando en todo momento de
romper muchos esquemas en el Vaticano, si se trata de los Papas, mayor razón.
Recuerdo que alguna vez vi la
hermosa película Hermano sol, hermana
luna (fratello sole, sorella luna), de Franco Zefirelli. En aquella película, encontramos una
secuencia en la que Francisco de Asís ingresa con un grupo de jóvenes con la
ropa raída y el cuerpo marcado por la lluvia. Los cardenales que estaban a
un costado de la Iglesia, sentados, vestían su ropa de púrpura y blanca,
adornados de collares y sortijas de oro. Ellos miraban al grupo de Francisco de
Asís con cierto aire de superioridad y de asco, porque los hermanos de San
Francisco, vestían con humildad. El Santo Padre que recibe a Francisco, siente
vergüenza y se arrodilla ante él y le pide perdón. Esta imagen quedó grabada en
mi mente y siempre que ha habido oportunidad de recordarlo la he hecho, en
especial cuando los religiosos que olvidan esta humildad y, también sus votos de pobreza, obediencia y
castidad.
Cuando era niño escuché a un
sacerdote que nos relató sobre el fariseo y el publicano que estaban en la
iglesia. El fariseo, siempre en las primeras filas y el publicano, atrás,
decidí sentarme la mayoría de las veces, atrás, como el publicano. Esto es a
título personal; sin embargo, cuando estuve en el colegio y en la Universidad y
se presentaba la oportunidad de ir a misa, siempre ocurría lo mismo. Las
autoridades adelante y los demás atrás. Es más, les separan las bancas para que
nadie se siente allí.
En otra oportunidad, cuando mi
familia fue a un matrimonio religioso, los familiares se sentaban adelante,
pero yo no lo pude hacer. Siempre atrás. Cualquiera no puede ser como el Papa
Francisco. Nosotros tampoco. Alguna vez he visto a alguno de nuestros coordinadores
que en el Auditorio se sienta atrás, pero no por humildad sino para controlar a
los profesores que llegan tarde o tienen que firmar. En la Santa misa, ellos se
sientan adelante, al igual que algunos miembros del Equipo de la Calidad o
Auditoría . La pregunta puede parecer ingenua, pero cuando no eran
coordinadores, ellos se sentaban no tan adelante; ahora que lo son, ¿Tienen que
sentarse adelante?...Alguno de mis compañeros aludidos, se pueden molestar,
pero me gustaría que me lo digan de una manera personal y “sin picarse”, porque
lo que pregunto no es un insulto sino una curiosidad, como siempre lo he hecho.
Mi amigo Benjamín Rebolledo, los últimos años, empezó a
sentarse adelante. Yo le pregunté si le habían dado algún cargo, además del
maravilloso encargo de recibir a los estudiantes por la puerta de Precursores
que yo también lo estoy haciendo con Élber y Francisco. Me dijo que ahora
estaba adelante porque escuchaba menos. Nuestra amiga Gladys, siempre está
adelante porque le gusta preguntar. Me gustaría continuar este artículo pero es
mi hora de refrigerio y el refrigerio es sagrado, en caso contrario, puede
ocasionar problemas estomacales. Y para terminar, agradezco a Pepe Novoa por
esta imagen del Papa Francisco que me ha hecho reflexionar bastante sobre mi
vida y los demás.