INTRODUCCIÓN
Cuando llegué al Reserclub, hacía frío y el hombre encargado de la puerta de entrada me dijo si era del Claretiano. Le contesté que sí. Después que me hizo pasar, subí al lugar donde iba a ser la cena. Una alfombra roja partía desde el final de la escalera e ingresaba por una arco de flores blancas y azulinas al Salón formal.
Cuando miré tanto a la derecha como a la izquierda, observé las mesas y las sillas, que estaban adornadas con un lazo azulino. Las sillas metálicas doradas alrededor de la mesa redonda me recordaban a los caballeros del Rey Arturo y la mesa redonda. Estas mesas tenían un mantel con bordados azulinos con fondo crema. En el centro un arreglo floral de color blanco azulino. Además de los vasos, cubiertos y servilletas, dos regias botellas de vino tinto semiseco por mesa custodiaban las mesas En la etiqueta del vino Claret y Clará, estaba la designación de los 79 años de vida institucional y otros datos importantes de nuestro colegio.
El primero en llegar entre los invitados fue el profesor Luis Alberto Sánchez. La dama de la recepción llevaba un vestido azulino lista para atender a los invitados. Los otros dos con camisa negra y rosada acompañábamos a Kelly para que todo saliera bien. La comisión ya estaba esperando a los demás. Los mozos, listos para iniciar el reparto de las botellas de champán. Las luces con el logo de nuestra Institución se proyectaban sobre las paredes posteriores a la mesa de los Directivos. También llegó nuestro subdirector Secundario José Novoa. Cabe destacar que la primera mujer invitada que arribó a nuestras tierras fue Teresita, la profesora de Matemática.
Las mujeres estaban bellas y radiantes y nuestros compañeros, bien vestidos. No
faltaba más. Era la cena institucional. Mientras esperábamos al Padre Director, los entremeses se repartieron y estaban exquisitos. Bien valía la pena pedir repetición. El Padre Ronel encantado con las cuatro tortas que servían de adorno con una fuente mágica azulina se alistó para una foto del recuerdo. La bella Katherine era la fotógrafa oficial del reino. Entre tanta belleza, Estaban las chicas de Inicial, las nuestra directora del diario “El faro claretiano”, las matemáticas Rocío, Laura, Olga; el grupo que bailó, cantó y se divirtió hasta el final de la fiesta: Leidy, Sofía Raquel, Yovanita, Sofía Ramírez, Elizabeth Sanes. Entre las chicas de Inicial vimos a Molly, Maggi, Carla, la bella subdirectora que bailó como nunca y un buen grupo de profesoras entusiastas de Inicial, cuyos nombres no recuerdo en este momento.
Entre los invitados más amenos estuvieron César “Chalaca” Gonzales, César Bejarano, bailarín empedernido, Andrew, Pinto, Héctor Ausejo, Richard, Élber, el gran Felipe y tantos otros que hicieron de la fiesta un éxito.
EL BRINDIS
Este fue un momento emotivo porque se premió al profesor Jorge Díaz Saldaña que cumplía treinta (30) años de servicio. Igualmente la Señora Carmen Rosa Ríos García. Ambos recibieron una placa recordatoria por sus años de servicio, además del aplauso y reconocimiento de los trabajadores de la Institución. El profesor Díaz agradeció al colegio a través del Padre Ronel y dio paso a los profesores que cumplían veinticinco (25) años de servicio. Entre los profesores que cumplen los 25 años tenemos a Luis Arévalo Lícito, Ricardo Campos Reymundo, Jorge Gómez Silva y el profesor Ýlder Mendieta, quien no estuvo presente por encontrarse delicado de salud.
Como es política del colegio reconocer a todas aquellas personas que nos apoyan en esta gran misión de servicio a los más necesitados, tuvimos como invitadas
a las ex madres de familia que durante 25 años ininterrumpidos realizan una labor silenciosa en coordinación con Pastoral. Estas distinguidas madres son:
Sra. Cristina Silva Araujo
Sra. Zoila Dávila Agüero
Sra. Pilar La Rosa Ugaz
LA CENA
Las copas de pisco souer y algarrobina estaban agradables y abrieron las puerta para que las brochetas de pollo, carne con choclo degranado y camote satisficieran los paladares más exigentes.
Con el arroz con puré al vino tinte, y asado se remojó con el vino Claret y Clará, además de agua, gaseosas y para satisfacer la sed después de bailar, cerveza Trujillo.
Toda buena cena cuenta con postre y para postre un exigente cheesecake de sauco. Además, para recordar los buenos tiempos de cuando éramos niños, nada mejor que una buena porción de torta o queque inglés. Algunos que preferían una cervecita helada, no quisieron torta, así que nuestras amigas salieron premiadas, en especial, las que se quedaron hasta el final. Tres o cuatro porciones es un regalo de San Antonio María Claret. ¿Por qué no?
La anécdota de la cena institucional fue la placa recordatoria que la trajo la Señora Marina, la llevaron Eddy y Francisco, se la pasaron a Kelly. Ella se la entregó al Padre Ronel y el Padre le dio a los profesores que cumplían años de servicio. Lo cierto es que Ýlder no vino y la placa quedó en una esquina del carrito que repartía las bebidas y las comidas. Pasaron las horas, el profesor Pepe Novoa me dijo que no me preocupara, nos fuimos la mayoría y los últimos en retirarse recibieron de uno de los trabajadores del Reserclub el recuerdo de Ýlder que estaba solo como el arpa de Gustavo Adolfo.
El lunes por la mañana, una profesora me dijo que lo tenía Richard; Este dijo que lo tenía ella; la profesora se lo pasó a Richard y al final lo tenía mi amigo Héctor y ahora ¿Quién lo tendrá? …El Gran bonetón.
Agradecemos a Juan Francisco, Kelly y a todos aquellos que hicieron posible la realización de nuestra cena institucional.
Don Lucas