viernes, 15 de noviembre de 2013

EL BARCO DE PRISCILA

Yo tengo mi avioncito que lo construí en la jornada de Pastoral gracias a mi ingeniera de vuelos: Katherine. Priscila me envió no un avión,  sino un barco. Fue muy sincera en decirme que ella no era constructora de barcos como lo fue Argos el que llevó a Jasón y a los héroes más destacados de la antigüedad clásica griega. Sin embargo, lo que había en aquel barquito,  era tan valioso que en ese momento no lo pudiera cambiar por todo el oro del mundo. Alguna vez, Pablo Neruda le escribía a sus lectores sobre el valor inconmensurable de las palabras, y cuando leí las palabras de mi alumna por el Día de mi cumpleaños, decidí resolver las preguntas que ella me hiciera sobre qué libros podría leer. No es tan fácil recomendar lecturas a una adolescente que ya escribe y lo hace muy bien. Don Luis Alberto Sánchez, crítico, historiador de la literatura y político peruano contaba en uno de sus libros que cuando el profesor le exigió a sus compañeros y a él, leer El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, no le gustó. Cuando lo leyó “por su cuenta!, afirmó  que el libro era fascinante. Por lo menos, nunca le recomendaría Cioran. Falta mucho camino que recorrer.
Ella tenía que darle vida al barquito de papel,  así que le propuse invitar a sus amigas y compañeras a un crucero fantástico donde podamos visitar a Peter Pan y su lucha constante con el Capitán Garfio. Sería la segunda vez que vea de cerca a Peter pan y a la Hada Campanita. La primera vez que los vi fue cuando yo era un niño,  que buscaba a mis héroes a través de la ventana. Hoy que Priscila me regaló un barco, tengo que compartir con las personas que quiero. Ninguna innombrable podría ser parte de la tripulación que bautizaríamos como “La 74”. Es un número mágico. Porque me ha dado la oportunidad de ser feliz otra vez.
Esta vez navegaremos con “La 74” para subir a la cubierta del Huáscar y saludar a nuestro Gran marino
peruano Don Miguel Grau y a todos los navegantes de su entorno que nosotros recordamos con mucho cariño. El presente, pasado y el futuro son parte del tiempo que la máquina de H.G.Wells nos permite realizar. El barco de Priscila tiene también esas características y nosotros las vamos a aprovechar al 100%.
Seguiremos navegando por los siete mares y encontraremos el barco en cuyo

barril de manzanas  se escondió Bill y lograr ver de cerca a John Silver “El largo” y participar de la aventura en busca del tesoro del Capitán Flint. Después de esa larga jornada nos encaminaremos para visitar a Robinson Crusoe y a su compañero,  Viernes. Sería un buen momento para hacerle una entrevista de la calidad de Oriana Fallaci y presentarla en el momento que termine el largo paseo. De repente para finales del año escolar.

Inevitablemente surcaremos algún río para conocer a Lord Jim y su enigmática vida. Sé que aprenderemos mucho de él. Agradeceremos a Joseph Conrad para que nos permita conocer otros capitanes como aquel de El corazón en las tinieblas y sus piratas, siempre con ese misterio maravilloso que encontramos en las novelas de Conrad.
Todavía tenemos tiempo de visitar al Capitán Ahab y el joven Ismael, y  ver la manera más eficaz de dialogar con el capitán y que nos cuente sobre sus proyectos interminables de acabar con Moby Dick, su eterno enemigo. No va a ser fácil dialogar con él. Si supiera Herman Melville que apenas se vendieron diecisiete libros de esta maravillosa obra. Menos mal que contaba con la buena amistad del autor de La carta escarlata, Nathaniel Hawthorne y no se sentía solo. Por tanto bien valdría la pena entrar al mundo de Billy Budd.

Aprovecharemos sobre esta amistad y le pediremos que nos presente a los personajes de Benito cereno y sabremos que la vida de un navegante es fantástica y que sus viajes continuos le regalan el silencio como parte de su carácter.
No todo es color de rosa en el mundo del mar. Veremos como la maldad y las ambiciones personales ocasionan muertes en los barcos que surcan los mares como Los pilares de la tierra y el Juego de tronos donde el que gana, vive y el que pierde, muere.
Gracias Priscila por acordarte de tu profesor en su  cumpleaños. El barco que me regalaste es mejor que el de Aristóteles Onassis y los de Stavros Niarchos, porque tiene un rasgo común que los otros no tienen: Es mágico y …¡ Listos para zarpar con los chicos y chicas de la Promoción 74!

Eddy Gamarra, profesor

lunes, 11 de noviembre de 2013

EL DÍA DE LOS AMIGOS

Este “shabatt” judío se tornó claretiano porque pude saludar entre tantas personas a mis amigos. Uno de ellos fue el “viejo” Montenegro. Así lo llamamos con cariño y cuando trabajaba con nosotros, siempre con la sonrisa en los labios y una vitalidad que muchos quisiéramos tener, Lucho Montenegro era toda una institución en el mundo de la regencia y de los amigos.
Me acuerdo un día, nos invitaron a una fiesta y no sé cómo tocaron un “pasodoble” que lo había visto bailar cuando era niño. No me explicaba a quién se le había ocurrido poner esa música que la gran mayoría desconocía. En ese momento, Luchito Montenegro sacó a bailar a una damisela de “sin cuenta” y bailaron como si fuera algún lugar de España antes de la Guerra Civil. Todo un maestro en el arte de bailar. Nosotros, que ya habíamos tomado algunas copas de vino o cerveza celebrábamos aquel baile con ole por aquí, ole por allá, como si fuera una corrida de toros. ¡Que Dios te bendiga Luchito!...Un abrazo de todos tus amigos y un agradecimiento especial para Élber por haberlo traído.
Otro de los grandes amigos es Jorge Tovar, quien me estaba buscando para saludarme por mi cumpleaños que era el domingo 10 de noviembre. Yo estaba en la cancha 5, que era la última, es por eso que no podíamos vernos. Sin embargo, Jorge Tovar que es insistente, continuó la búsqueda y me encontró al final. No pude atenderlo porque los partidos de fulbito entre los exalumnos eran seguidos y no había respiro. Apenas tuve tiempo de comer el sánguche y la gaseosa que me invitó el Presidente de exalumnos. Lo del sol y la erisipela, me vino gratis. Eso pasa por no traer mi sombrero. Emilio me quiso prestar el suyo, que era un sombrero de hacendados, pero no me entraba. Yo soy XL.
Tuve la suerte de ser Presidente de mesa de dos equipos: La Promoción 73 y la Promoción 77. De ellas guardo buenos recuerdos. No todos fueron mis alumnos, pero la presencia de César “Chalaca Gonzales une a los exalumnos. Allí estaban en la cancha Bonilla que no solamente fue un buen alumno sino también un excelente futbolista y excelente profesional. Butrich, inconfundible con la barba gris y su talla que destacaba entre sus compañeros. No recuerdo a todos los que jugaban en la 73, pero también vi a Zorrilla y tengo que destacar que Rotalde sigue sorprendiendo con su juego elegante y efectivo. En la barra distinguí a Rivarola que era basquetbolista de la selección del colegio y a otros “muchachos”  de la 77.
Fue un buen partido donde cualquiera podía ganar. Hay que reconocer que “Chalaca” aunque ya no estaba para las chalacas, trató en varios momentos de hacer un gol de cabeza, pero no tuvo suerte. Lo mismo pasó con Butrich, pero el tiempo, enemigo cruel, y el físico les jugó una mala pasada. De todos los partidos que se realizaron, fue el más limpio, el más guerrero y un ejemplo para todas las otras promociones que el buen claretiano lo fue, es y será un ejemplo para las promociones venideras.
El otro equipo, es decir la 77 fueron mis alumnos alguna vez. Allí estaba un gran amigo y exalumno. Para mí resulta emblemático y lo relaciono con el inicio de CIEN AÑOS DE SOLEDAD, cuando un familiar del coronel Aureliano Buendía lo llevó para que conociera el hielo. Wálter fue con su padre al colegio para que alguien le enseñara a jugar básquetbol . Era un niño apenas, siempre con unos quilitos más. Yo estaba presente y jamás pensé que Wálter llegaría a ser uno de los mejores basquetbolistas que el colegio claretiano tuvo en sus buenas épocas. Pero Wálter no solo destacaba en deporte sino que era un buen alumno y una gran persona. A través de él saludo a todos los “chicos” de la 77 y pido a Dios que siempre los bendiga.
No fui el organizador pero saludo a los profesores que estuvieron presentes allí como César Bejarano, Emilio Acuña, Élber Mejía, Ýlder Mendieta, Francisco Angulo, Pepe Correa, Carlos Ramírez, Jorge Taico y todo el equipo de Educación Física.


CLAUSURA DE LOS JUEGOS FLORALES

Vera estaba en la puerta. Entregaba los programas. Los padres de familia y sus hijos esperaban sentados. La mayoría de los integrantes del equipo de Comunicación estaban presentes y se acercaba la hora. Ingresé y me dirigí a una de las puertas de la Sala de danza. Allí estaban Leidy, Sofía y Wilson. Preparaban la distribución de los bocadillos, los jugos, el agua y el vino,  para el brindis con los Padres de Familia.
Frente al público había una mesa grande y en ella estaban los premios
para nuestros ganadores y ganadoras. Las profesoras Janet Minaya y Carol Abanto eran las encargadas de ordenar los premios. Emilio, nuestro coordinador,  me indicó, cuando llegó el Padre Director, que empezara con el programa.
Al lado de la mesa de los premios estaba el equipo de sonido y una batería musical. Seguían llegando los invitados y teníamos también a otros profesores como Aurelio Alegre, la profesora Milly de Primaria, la profesora Úrsula de Secundaria y el Subdirector de Secundaria, que acababa de llegar. Como siempre ocurre, me olvido de alguien más. Lo cierto es que estaban los profesores más entusiastas.
Uno de los números más importantes fue la presencia del narrador de
cuentos Pepe Cabana que encantó al auditorio. Su presencia en nuestra Clausura de los Juegos Florales fue gracias a la Editorial Norma. Todo el Equipo de Comunicación estaba agradecido  con el excelente narrador de cuentos cuya participación engalanó nuestra realización.
Cuando llamábamos a los ganadores tanto de Primaria como de Secundaria, los familiares y amigos de los premiados tomaban fotos a los niños y jóvenes con el Padre Ronel y el Profesor Pepe Novoa, quienes fueron los encargados de entregar los diplomas y regalos donados por el colegio, Copafa  y algunas Editoriales.
Es cierto que no todos los estudiantes ganadores  estuvieron presentes en la entrega de premios por razones comprensibles. Algunos que estaban ensayando para el festival de danzas; otros asistían a sus clases de Inglés o tenían alguna tarea pendiente con sus profesores. Es menester destacar la responsabilidad de nuestros alumnos y alumnas que ocuparon los primeros puestos en diferentes rubros como Declamación, Cuentacuentos, Mitología, Ortografía, disertación y otros. También tengo que decir que la participación de un niñito de Primer grado de Primaria,  declamando el poema de César Vallejo MASA, nos sorprendió por  su magnífica interpretación, a pesar de ser un poema  de difícil interpretación. Muchas felicitaciones para el niño Matías Sumarriva, para sus maestros y para sus padres.
En uno de los números del programa, mis ojos captaron a la vez dos palabras y las entremezclé como si quisiera crear una palabra, el público  trataba de entender qué quería decir el Maestro de ceremonias. Menos mal que al darme cuenta les dije rápidamente mi “lapsus lingüis” y continuar con el programa, después de la sonrisa de los presentes.
La música western del  grupo musical LOS GOLDEN JEANS, nos
alegró el espíritu y pudimos disfrutar de “El jinete en el cielo”, “Bonanza” y “Lo bueno, lo malo y  lo feo”. En la guitarra estuvo el profesor Wilson Olaya, en el teclado, Ángel Urdániga y en la batería, Luis Rojas. Los otros integrantes no estuvieron presentes, es por eso que agradecemos a nuestros profesores integrantes de Los Golden Jeans que interpretaron para todos los presentes y también para sus fans.

Al final de la jornada y después que el Padre Ronel diera por clausurado Los Juegos Florales Claretianos
“Lindverght Tello Mejía”, se acercó Emilio y me pidió que anunciara que los niños y jóvenes pasaran a la parte posterior para que reciban sus bocadillos y jugos mientras que los profesores distribuían los vasitos de vino para los Padres de Familia. Sofía y Leidy, como buenas anfitrionas, se encargaron de servir a nuestros ganadores de los juegos Florales. Minutos después nos dimos un tiempo para brindar por el éxito de la clausura y degustar algunos bocadillos. En estos minutos de esparcimiento, Angélica tuvo la grata idea de decirnos que mañana teníamos asueto. La sonrisa en los labios de Omar, Lisset, Manuel, Tania, Alvino y Raquel se convirtió en una carcajada cuando el Padre Ronel empezó a decir en coro: “Leidy Directora…Leidy Directora:” Unos años más, ¿Por qué no?...tiene cualidades para dirigir algún día una Institución como la nuestra. No soy su Jefe de Campaña, pero ¡Salud por todos nosotros!...¡Salud por todo lo bueno que tenemos!

A LA HORA DEL CAFÉ

Siempre hay un momento para un buen café. Si lo quieres disfrutar, pues visita el quiosco de Don Miguel, frente a la cancha de fútbol donde puedes disputar con las palomas que pululan por aquel lugar, un espacio para escuchar a Miguel Plácido.
Miguel es exalumno,  jugó en una de las mejores selecciones de fútbol que tuvo el colegio. Hoy es padre de familia, orgulloso como muchos papás,  de ver a su hijo en los últimos meses de su Promoción y de haber ingresado a la Universidad. Además administra el quiosco donde el café es muy agradable, además de las empanadas y los poderosos sánguches que allí preparan.
El cafecito no siempre se toma en silencio sino que es un momento propicio para escuchar a un exalumno que quiere mucho a su colegio y que habla con orgullo de los claretianos de su época. Claro, a través del fútbol. Miguel  emplea a su estilo aquella frase de “Todos los caminos conducen a Roma”. Para él, todos los caminos conducen al fútbol, y si es de claretianos, mejor.
El deporte y el arte se juntan en la conversación para citar algunos nombres como el popular J.B. o Jorge Benavides  que era invitado por los profesores en el recreo para hacer imitaciones de los profesores. Tuve la suerte de ser jurado con el profesor Alva (Alvita) del concurso musical que realizara el profesor Haro y que ganara JB.
Además de “Chalaca” Gonzales, descubierto por el profesor Merino, hubo buenos jugadores como Bustamante, que desde pequeño, a la hora del recreo, salía con una pelota de trapo para jugarse un partidito con sus compañeritos y luego llegar con todo el cuerpo lleno de sudor a sus clases.
¡Cómo no recordar al chinito  Paul Phumpiú!...nadador. Era un muchacho muy serio, estudioso, economista y hoy con un cargo importante en el país. De igual manera, podemos recordar a los profesores que jugaban fútbol como el Profesor Sánchez Retis (Chicho), que era el puntero derecho, veloz y que me ponía el balón para meter el gol en el arco contrario. Igual podemos decir del profesor Benjamín Rebolledo (Sancy), defensa neto; el profesor Táber, fanático del balompié; el “Loco Vargas”, pura emoción y cuando no le daban pase para el gol, se llevaba su pelota. También tenemos que citar a Julián, el eterno goleador de Huaral y que hasta ahora sigue jugando, pese a los inconvenientes de la edad y el peso.  Un lugar especial ocupaba el Padre Pablo, que hasta ahora no ha podido ser superado en el manejo de la pelota. Era veloz, dribleaba bien, fuerte y un maestro en el mundo del fútbol.
Esto y mucho más se escucha de labios de Don Miguel Plácido a la hora del cafecito y las empanadas. Los sábados suelen llegar algunos exalumnos “peloteros” y hoy Padres de Familia para recordar con Miguel Plácido aquellos maravillosos días que pasaron en el colegio y los partidos de fútbol donde los muchachos de ayer demostraban el cariño que le tenían a su colegio.
Todos los minutos acumulados durante varios días en el quiosco de Don Miguel, me animaron a escribir estas palabras sobre un hombre que a través del mundo futbolístico recuerda como la canción AQUELLOS FUERON LOS DÍAS (Those were the days).

                                                                                                              Don Lucas