Recuerdo que una reunión candente dije “una cosa es con guitarra y otra, con cajón”. Así es. Todos queremos que las cosas salgan de maravillas, pero la realidad es diferente. El mundo material, no se construye con palabras sino con hechos. Esta vez tengo que decir que las palabras son para la poesía y la literatura. Siempre me pregunto si en verdad tenemos la razón. No es tan fácil satisfacer las expectativas de espíritus diversos. Lo he vivido en carne propia y sé que la presencia de nuestra banda de música es el pilar predominante en un desfile patriótico.
Todos debemos poner el hombro cuando hay un trabajo en equipo. La naturaleza es sabia y nosotros los seres humanos lo sabemos, pero nos resistimos a aceptarlo. Los artistas y los genios trabajan solos. Eso no es todo Hasta donde yo sé, la crítica tiene dos partes que en el argot nuestro llamamos fortalezas y debilidades. Es tan simple recordar estas partes de la crítica que no equilibramos la razón y el corazón. Es más espectacular-me imagino-actuar con el hígado, porque de repente, los argumentos se agotan en un mundo educativo donde todos enseñamos y también, debemos aprender.
Recuerdo haber escuchado a uno de nuestros maestros decir que cuando nos equivocamos, es tan cristiano reconocer nuestros errores y pedir disculpas. Estas palabras van para todos nosotros , desde el trabajador más humilde de nuestra Institución hasta el máximo directivo. El ofender, en ocasiones a un compañero o trabajador por el simple hecho de dar una opinión, lo único que ocasiona es división. Tengo entendido que nosotros buscamos un buen clima laboral y que la reunión con el equipo de Sicología fue fructífera con la enseñanza de las ardillas, castores y gansos. Falta pasar de las palabras a los hechos . Reconocer los errores, de arriba o de abajo. Señalar las fortalezas con humildad y decir las debilidades sin disminuir el trabajo de los demás. Agradecer la ayuda que se brinda y ganarse el respeto y estimación a través del reconocimiento de los aportes que se dan en la Institución.
Es cierto que el tiempo parece que se hace más corto. Los documentos vienen y las horas se van. Tenemos un reto que debemos cumplir. Poner la otra mejilla. Avanzar a pesar de los inconvenientes. Ser más humildes, evitar las poses. No hay necesidad de escudo o coraza porque todos debemos fortalecernos para lograr el objetivo que nos hemos propuesto.
Eddy Gamarra