domingo, 22 de septiembre de 2013

LA PRIMAVERA HA VENIDO
NADIE SABE CÓMO HA SIDO
                                                                                 Antonio Machado

Todos estamos al tanto de la primavera a pesar de las burlas de Eolo y las exigencias de Zeus a su hermano Hades. En cambio, la pobre Deméter sufre por su hija Proserpina y espera la presencia de su engreída.
Son razones mitológicas que los poetas como Antonio Machado tienen presente como este dístico que les presento como título de este artículo. Nosotros como la hermana del dios que porta el rayo,  ansiamos la primavera y cuando ella llega, celebramos su presencia. Sin embargo, esto va quedando como una historia lejana que amenaza con desaparecer.
Antes duraba una semana en las ciudades y los juegos ,la poesía el arte, la belleza estaban a la orden del día. Poco a poco, los seres humanos le quitaron importancia. El amor pasó a segundo plano y fue rellenado por más trabajo, trabajo y trabajo.
No sé a ciencia cierta si los viejos o jóvenes exigieron que se reduzca a la mínima expresión. Ya no vemos
sonreír a nuestra juventud. ¿Es acaso que Hades se salió con la suya y decidió raptar a Proserpina para que el otoño e invierno se haga tan largo como las guerras de los países en Medio Oriente?
En nuestro entorno lo han convertido en poco más o menos de media hora y todos, ya sean tirios o troyanos, se culpan de que la primavera esté desapareciendo de nuestros lares. Al final, esto que ellos y ellas llaman primavera se ha convertido en una suerte de juguete cómico, farsa o sainete que con tristeza, algunos de nosotros,  ve desaparecer.
Antes, los niños decían como la película: ¡Salvemos a Willy!... ahora nosotros diremos como Ceres ¡Salvemos a Perséfone!...Nadie me va a prohibir brindar por ese maravilloso cuadro italiano que representa a Afrodita saliendo de las aguas. Diré con buena fortuna como solía decir mi amigo Benjamín, al tomar una copa de vino tinto en Primavera:
                                                               ¡Va por uvas!...¡Tercer tercio!


                                                                                                                             Eddy Gamarra