viernes, 9 de septiembre de 2011

BISCOTELAS CLARETIANAS

. Las biscotelas caen bien con una copa de vino y te anima a conversar de la vida, el arte, la política y el trabajo.
. El colegio logró la certificación ISO y hay hermanos, muchísimo que hacer-diría Vallejo-.
. Ojalá que sintamos que estas tres certificaciones nos corresponden a todos. Para ello, es importante que la persona que se dirija a los demás, converse con sus asesores de imagen y “vea” qué es lo que hay que decir y cómo decirlo, de tal manera que las olas y la espuma del amor y la identificación lleguen a Chipre. Lo decía de esta manera cuando Afrodita sale de las espumas del mar y avanza hasta aquel lugar y toma el nombre del griego “afros” que significa “espuma”. En verdad, es un trabajo de todos, a pesar de que los que no estudiamos el curso del ISO, estábamos preparados, a pesar de la calificación de nuestros coordinadores y no haber recibido el plus  económico que otros lo recibieron enhorabuena. También somos hijos de Dios.
. La óptica en nuestro trabajo se ve de diferentes maneras. No siempre coincide. No creo que Niccolo Maquiavelo, el autor de El príncipe, esté hurgando en nuestra idiosincrasia, porque no es nuestro estilo. En el mundo de las palabras, hay un espacio que dice Saber pedir perdón. Y es tan valioso no solo cuando se dice sino cuando se hace. Necesitamos ese espacio, venga de quien venga. Así podemos respirar un ambiente de paz y trabajo. Así podemos avanzar como dijera Don Quijote.
. La última reunión que tuvimos en el auditorio refleja cómo estamos. Escuchamos a Carla, Pepe, Motta, Gladys, Élber y otros profesores. Nuestro Sub director de Secundaria hizo preguntas muy importantes pero no fueron respondidas. Las más comunes y corrientes tuvieron una respuesta. Es menester romper el silencio y el temor de decir las cosas porque ellas tienen que ver con nuestros errores o no conformidades y así evitar que en los corrillos se deslice una verdad a medias. Si bien es cierto que nosotros tenemos que mejorar, tenemos que decirlo. No es una verdad hermética donde se tenga que guardar los siete principios de Hermes Trismegisto   . Es nuestra realidad. Hemos pasado el primer puente de la felicidad. Necesitamos la certificación de nosotros mismos, también, como lo dijo claramente Pepe Novoa. El camino es largo y hay que saber reconocer los méritos y fortalezas al igual que las debilidades. Me pregunto si en verdad existe una medición certera de los trabajadores de nuestra Institución en los diferentes aspectos de la vida profesional y humana. Los romanos hacían referencia a este adagio: Las palabras se las lleva el viento. Papelitos hablan. Hoy en día habría que reflexionar sobre los papeles que a veces acumulamos a través del tiempo y donde nos encontramos que unos son valiosos y otros, no. Que Dios nos bendiga si tuvimos esa suerte, pero si no fue así, Qué hacer… ¿Callar?... ¿Mentir?...dejar las cosas como están o el silencio que lo cura todo, me decía un sofista.
No tengo ninguna autoridad en mi Institución, pero me atrevo a felicitar a aquellos profesores y profesoras críticos que a través de sus intervenciones presentan la búsqueda de una nueva imagen para nuestro colegio. Tenemos la certificación y debemos avanzar en el mejor sentido de la palabra porque somos capaces de hacerlo, cuando nos proponemos. Que se conozcan nuestros errores, ya sea de arriba o de abajo. Es la mejor manera de llegar a la montaña. No vaya a ser que los dioses nos castiguen como a Sísifo por ser egoístas y elitistas.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                          HERMES

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