Desde una parte alta de mi vida
observo que todos los lunes, cuando realizamos el saludo a la bandera o
entonamos el Himno Nacional, un pequeño grupo de estudiantes, algunos con sus
tarolas, otros con sus liras, una alumna de la Promoción con el saxofón y dos o
tres más con sus instrumentos de viento que acompañan para izar la bandera. Por
ahí se acercan dos músicos y el profesor Navarro toca el trombón. Siento que la
banda no estuviera presente. ¿Dónde están los trompetistas?...¿Qué pasó con los
saxofonistas?...¿Se fueron todos el año pasado?...¿Vienen tarde como algunos
alumnos que el año pasado los veía como parte de esta orgullosa banda que nos
daba alegría y regocijo cuando participaba en realizaciones importantes y
nuestros estudiantes de la Promoción sacaban la cara por su colegio.
Está bien que en las horas de
recreo, los profesores y profesoras cuidemos los lugares que nos han asignado;
pero no está bien que cuando acabe el recreo, suenan los silbatos para que
nuestros estudiantes se laven las manos, se sequen el sudor, después de jugar
en el patio, pero muchos de ellos no lo hacen y suben con el sudor y se secan
sin usar el agua o tratan de ingresar a las aulas antes de que toque el timbre.
Está bien que en los periódicos
murales se empleen los chinches, pero no está bien que se los lleven.
Está bien que a los alumnos les
guste jugar en el patio con la pelota;
pero no está bien que los pelotazos vayan con tanta fuerza que peligre
algún compañero, compañera o profesor. Somos civilizados y debemos tener
cuidado co0n los demás.
Exigimos a los estudiantes que
entonen el Himno Nacional, pero si ellos y ellas, observan que nosotros no
cantamos. ¿Cómo podemos exigirles?...A propósito de nuestro Himno Nacional,
todavía se escucha "Que de la patria”, cuando, en verdad es “Que la
patria”.
Si hablamos de nuestro vituperado
idioma español, no suena tan bien escuchar constantemente “Tienen que tener”.
Si es una obligación, preferible decir: “Deben tener”; pero si es una
posibilidad, “Deben de tener”.
En el caso de la cacareada
“currícula”, no es singular; es plural (de curriculum). Lo he escuchado tantas
veces que no me puedo callar y “al que le caiga el guante…….”
Para terminar, menciono a la pobre conjunción
adversativa “sino” que es grave o llana, martirizada por tirios y troyanos como
si fuera palabra aguda: sinó. Realmente es una desfachatez continuar con los
maltratos de estas palabras de nuestro
idioma.
Don
Lucas
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